Me perdono a mi misma por haber aceptado y permitido no darme cuenta de que subsisten todavía dentro de mi mente los restos de mi personaje vengativo que vive de las supuestas ofensas recibidas por los demás en separación de mi misma,elucubrando las formas en la que devolverá las ofensas recibidas, sin darme cuenta de que la venganza solo existe en forma de pensamientos, emociones y pinturas que he aceptado y permitido.
Me perdono a mi misma que he aceptado y permitido no darme cuenta de que la ofensa solo vive dentro de mi mente como un parásito que se alimenta de interpretaciones subjetivas de la realidad para rebobinarse a si mismo por miedo a morir como mi mente.
Me perdono a mi misma por haber aceptado y permitido dar espacio a mi personaje vengativo cuando me olvido de pararme aquí como lo físico en la real realidad, queriendo devolver las supuestas ofensas con una actitud distante, otro subpersonaje emanado del primero, ofender con la actitud distante e indiferente, para sentirse superior a la ofensa misma, que no es ofensa sino pura chaqueta mental.
Me perdono a mi misma el haber permitido y aceptado no comprender que el personaje indignado/vengativo/indiferente/distante no son sino la expresión/ la recreación de las formas de entretenimiento de la mente como yo misma para no tomar responsabilidad de lo que he permitido y aceptado al vivir como y para mi mente y abdicar de la vida en la expresión simple e inocente de lo físico.
Me perdono a mi misma a olvidarme de respirar y pararme en honestidad conmigo misma para darle juego y entretener a mi mente, cuando abdico de ser la expresión y la fuerza viva aquí en lo físico.
Me comprometo a mi misma a observarme a mi misma con total honestidad para identificar uno por uno todos mis personajes creados a partir y como mi mente que me distraen de lo verdaderamente real, porque he permitido y aceptado ser participe de mi mente y ser una adicta de la mente como yo misma, para no tomar responsabilidad como lo físico, y acceder al sentido común que es hacer siempre lo mejor para todos por igual como una e igual con la vida.
Me comprometo a mi misma a pararme como el respiro que honra a la vida y no anda buscando recompensas mezquinas, vanas e ilusorias a través de la mente.
Cuando me vea participando de mis séquito de personajes en cualquier situación, me detengo, paro y respiro para establecerme aquí como la vida, de una vez por todas y para siempre.
Una e igual con la vida
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