Estaba en la clase explicando un tema a los alumnos y uno de ellos el más grande de edad, cuestiono algo de lo que dije mostrando una mueca de desacuerdo.
Tuve un reacción energética en donde contuve la respiración y aprete las mandíbulas, sintiéndome confrontada y desafiada. Ante lo cual defendí mi posición desde mi ego de profesora.
Me perdono a mi misma por haber aceptado y permitido tener una reacción física ante el cuestionamiento del alumno, deteniendo mi respiración y apretando las mandíbulas al sentirme confrontada.
En y cuando me vea a mi misma tratando de defender una postura ante un cuestionamiento de un alumno. Me detengo y respiro. Me doy cuenta de que no es necesario contraer e impactar mi cuerpo fisíco con la emoción del sentirme contrariada por un alumno. Me comprometo a mi misma a detenerme y respirar cuando me tome por sorpresa la observación inquisitiva de un alumno.
Me perdono a mi misma por reaccionar emocionalmente ante el cuestionamiento de un alumno. En y cuando me vea a mi misma reaccionando emocionalmente. Me detengo y respiro. Me doy cuenta de que mi personaje profesora teme perder el piso frente a los alumnos al ser cuestionada. Me comprometo a mi misma a darme cuenta que mi personaje profesora se posesiona de mi y me toma por sorpresa dirigiéndome, en lugar de ser yo como la palabra viva que se dirige en igualdad y unicidad con todos los alumnos.
Me perdono a mi misma por haber aceptado y permitido creer me tengo que defender ante un aparente ataque de un alumno cuando en realidad se que es parte de la dinámica de la clase, y que es mi mente la que se defiende. Por lo tanto, en y cuando me vea a mi misma tratando de defender a mi personaje profesora en un afán de superioridad. Me detngo y respiro. Me doy cuenta de no hay necesidad de defender nada, sino convertirme en la palabra viva en honestidad conmigo misma. Me comprometo a mi misma a respirar cada vez que sienta cuestionada por los alumno sabiendo que no existe ninguna confrontación, que solo existe en y como mente. Por lo tanto, me comprometo a mi misma a ser una e igual con todos los alumnos a partir de mi respiro y de la palabra viva como yo misma, para expresarme en y como la simplicidad de la palabra viva para transmitir cualquier mensaje en unicidad y honestidad conmigo misma, para todos por igual.
Tuve un reacción energética en donde contuve la respiración y aprete las mandíbulas, sintiéndome confrontada y desafiada. Ante lo cual defendí mi posición desde mi ego de profesora.
Me perdono a mi misma por haber aceptado y permitido tener una reacción física ante el cuestionamiento del alumno, deteniendo mi respiración y apretando las mandíbulas al sentirme confrontada.
En y cuando me vea a mi misma tratando de defender una postura ante un cuestionamiento de un alumno. Me detengo y respiro. Me doy cuenta de que no es necesario contraer e impactar mi cuerpo fisíco con la emoción del sentirme contrariada por un alumno. Me comprometo a mi misma a detenerme y respirar cuando me tome por sorpresa la observación inquisitiva de un alumno.
Me perdono a mi misma por reaccionar emocionalmente ante el cuestionamiento de un alumno. En y cuando me vea a mi misma reaccionando emocionalmente. Me detengo y respiro. Me doy cuenta de que mi personaje profesora teme perder el piso frente a los alumnos al ser cuestionada. Me comprometo a mi misma a darme cuenta que mi personaje profesora se posesiona de mi y me toma por sorpresa dirigiéndome, en lugar de ser yo como la palabra viva que se dirige en igualdad y unicidad con todos los alumnos.
Me perdono a mi misma por haber aceptado y permitido creer me tengo que defender ante un aparente ataque de un alumno cuando en realidad se que es parte de la dinámica de la clase, y que es mi mente la que se defiende. Por lo tanto, en y cuando me vea a mi misma tratando de defender a mi personaje profesora en un afán de superioridad. Me detngo y respiro. Me doy cuenta de no hay necesidad de defender nada, sino convertirme en la palabra viva en honestidad conmigo misma. Me comprometo a mi misma a respirar cada vez que sienta cuestionada por los alumno sabiendo que no existe ninguna confrontación, que solo existe en y como mente. Por lo tanto, me comprometo a mi misma a ser una e igual con todos los alumnos a partir de mi respiro y de la palabra viva como yo misma, para expresarme en y como la simplicidad de la palabra viva para transmitir cualquier mensaje en unicidad y honestidad conmigo misma, para todos por igual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario