domingo, 27 de mayo de 2012

Día 23 Mi vida con J (parte 1)

Pensé que debería abordar este tema mas adelante cuando me sintiera mas segura y estable en mi proceso de alzarme por la vida dentro de mi a través del escribirme a mi misma en este blog. Sin embargo ya ha emergido la necesidad de exponer una de los asuntos más delicados que forman parte de mi vida y que se relacionan con la muerte física de Jazen mi hijo. 
No sé como empezar ni por donde, pero como me ha sucedido desde que escribo dejo que las cosas vayan tomando su lugar por sí mismas. Empezare diciendo que éste 21 de junio hace tres años el dejo esta existencia por cuenta propia, cuando tenía 25 años, y  se encontraba en tierras lejanas. iré desgranando poco a poco, punto por punto cada hilo de energía que nos unió en vida y más allá a el  y a mi. Fuera de mi familia y mi circulo más cercano de amigos, esto nunca lo comento con nadie más, nunca lo he expuesto fuera de este circulo, porque para mi este tema es sagrado y no es una mercancía que pueda vender en el mercado para comprar la compasión de nadie o atraer los juicios de las personas. Ahora lo hago porque confió en mi propio proceso y porque es tiempo de "airearlo" y soltar los "secretos" para llegar a la nada. 

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir no haberlo asistido y apoyado o siquiera haber intuido que algo no andaba bien y que di por hecho que este viaje que el emprendía tendría un regreso como había pasado en el pasado. 

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir no estar al tanto de su situación emocional para darle asistencia y apoyo de la mejor manera.

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir creer que la situación se me fue de las manos porque jamas imagine que algo así pudiera suceder.

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir hacerme creer aunque fuera una sola vez que era mi propio karma lo que había provocado este desenlace. 

Me perdono a mi misma querer haberlo seguido y morir yo misma para encontrarme de nuevo con el.

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir haber ido con una psíquica para poder comunicarme con él, lo cual hice solo una vez primero por que en el fondo tenía dudas de que fuera cierto sin embargo al no cobrarme un solo peso esta persona supuse que si que era real, pero a mi me dejo devastada la experiencia y no quise saber más del asunto.

Me perdono a mi misma por haber aceptado y permitido hacerme creer que fui una mala madre y que había fracasado en mi papel de madre por  no haber apoyado/soportado/asistido la vida y el florecimiento de la vida de un ser humano a mi cargo. 

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir no perdonarme por no comprender el porqué de las cosas, y percibir el evento como  una irrealidad. 

Me perdono a mi mismo por aceptar y permitir creer que en esta vida no hay escapatoria más que a través de la muerte.

Me perdono a mi mismo por aceptar y permitir hacerme creer que no podría enfrentar la vida porque era demasiado cobarde para hacerlo.

Me perdono a mi mismo por aceptar y permitir creer que yo no tenía herramientas suficientes para entender y lidiar con la vida y que la mejor salida era removerme a mi mismo de ella

Me perdono a mi mismo por aceptar y permitir creer que yo no era lo suficientemente fuerte para afrontar el rechazo de mi padre y tener que regresar derrotado con mi madre y mi entorno y una vez más tener que lidiar con el día a día porque ya no podía más hacerlo, no tenía la energía, ni las ganas de lidiar con la vida, para mi era demasiado difícil lo que para otros era "normal".

Me perdono a mi mismo por aceptar y permitir convencerme de que la vida era difícil y que yo nunca iba a poder sobreponerme a mis "fracasos" que había ido acumulando día tras día porque me sentía incapaz, inútil, de enfrentar el mundo tal como era, porque el mundo tal como era no me gustaba y no lo entendía.

Me perdono a mi mismo por aceptar y permitir pensar que si me removía a mi mismo de esta tierra iba a ser lo mejor para todos porque yo me había hecho demasiado pesado para todos incluso para mi mismo.

Me perdono a mi mismo que me permití y acepte ser presa de mi mente, de los demonios que me perseguían día y noche sin tregua, porque yo los cree los alimente con mis creencias de culpa, incapacidad, miedo a la vida, miedo a luchar, miedo a competir por la vida en el día a día, y ellos devoraron y minaron todo signo de alegría y confianza dentro de mi mismo porque yo se los permití.

Me perdono a mi mismo por aceptar y permitir creer que la vida es una lucha constante y que yo aun cuando mi madre me percibía como sabio e inteligente, no podía lidiar con las cosas más mínimas y cotidianas  como organizar mis ideas, mis proyectos y sobre todo ejecutarlos en una acción práctica.

Me perdono a mi mismo que permití y acepte  evadirme progresivamente de la vida, volviéndome descuidado con mi persona, descuidado con las personas y dejar "colgados" proyectos, personas, sueños por la negligencia y pesadez que representaba para mi vivir la vida como cualquier hijo de vecino.

Me perdono a mi mismo por ser altamente emocional, creyéndome ser un niño índigo desde la infancia cuando solo alimente el sistema de conciencia mental con mi propios pensamientos, sentimientos y emociones. 

Me perdono a mi mismo que permití no entender ni comprender  que al removerme yo mismo de esta tierra, no podría evadir ningún "problema" porque los problemas solo estaban en mi mente, y al pasar yo a las dimensiones tendría que resolver de todos modos estos "problemas" que no resolví en vida. 

Me perdono a mi mismo por aceptar y permitir volverme presa del miedo de enfrentar una sociedad "agresiva" y el miedo a sobrevivir para ganarme la vida trabajando era uno de mis mayores miedos porque permití y acepte creer que al no tener un padre viviendo conmigo y que me enseñara como desenvolverme en la vida, yo  no sabía como lidiar con este mundo para sobrevivir y ganarme el dinero trabajando. 

Me perdono a mi mismo que acepte y permití dejarme engañar por el sistema de conciencia mental que me hacia parecer ante mi mismo como incapaz de lidiar con la vida, el mundo y las personas, incluyendo a las mujeres, y a mi madre.

Me perdono a mi mismo por aceptar y permitir ir acumulando frustración tras frustración  por creerme incapaz de lidiar con este mundo en términos prácticos.

Me perdono a mi mismo que no me permití y acepte comprender que yo tenía todos los elementos para levantarme por la vida, que me falto paciencia, amor a mi mismo y confianza para saber que yo podía reconstruirme a partir de mi mismo, perdonándome a mi mismo por pensar que yo era especial y por lo tanto incomprensible para mi mismo. 

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir querer encontrarlo en mis sueños, intuirlo en el aire, cuando quizá ya no ande ni siquiera por aquí.

Me comprometo a mi misma a pararme por la vida respiro a respiro, momento a momento en nombre de la vida, y de esta manera apoyarme y al hacerlo apoyarlo donde quiera que se encuentre porque  mi vida es su propia vida y su muerte mi propia muerte. 

Me comprometo a mi misma a exponer punto por punto mi relación con él para limpiar el camino de lo que significo nuestro vinculo, y liberarlo y liberarme de cualquier culpa/remordimiento o arrepentimiento, y de esta manera agradecerle su presencia sagrada en mi vida, su paso por esta tierra, y agradecerle el haberme dado la  experiencia de ser madre, en esta existencia tan extraña y en esta relación tan poco ortodoxa que establecimos como madre-hijo. 

1 comentario:

Marlen dijo...

Gracias por compartir, María