viernes, 29 de junio de 2012

Día 47 el demonio de la vergüenza (3)

La vergüenza de ser el foco de las miradas 


Este post es la continuación de: Día 17 "La vergüenza de ser pobre" y Día 34 "La vergüenza de Ser", donde vengo reuniendo las piezas del rompecabezas que forjaron mi personalidad en base a la vergüenza.

Como ya referí en estos posts, crecí dentro de una familia numerosa, fuí de las cuatro mujeres la más chica después de mi había otro hombre y después de mi otro hombre de tal manera que siempre me percibí en separación de mis hermanas mayores, incomunicada de alguna manera con ellas, excluida, marginada y diferente. Por un lado fui libre en tanto no fui muy vigilada ni reprimida por mis padres, no recuerdo una sola vez en que me hayan golpeado ninguno de los dos, la religión no formo parte intrínseca de mi educación, ir a la iglesia era como un paseo con mis amiguitas vecinas pero no una rutina ni obligación, así que Dios realmente no fue omnipresente en  mi vida. 

Pero por alguna razón la vergüenza fue el pilar básico que conformo mi personalidad alrededor de los 4 o 5 años.
Crecí por así decirlo en un ambiente familiar agresivo por parte de mis hermanos más grandes y en mi primeros dos años de escuela con los maestros, con un sentimiento de inferioridad/intimidación/inseguridad/stress debido a la ridiculización que hacia mi hermano mayor de mi físico ya que era muy flaquita, siempre a la hora de la comida, después fue mi padre cuando se ponía borracho, de la presión a la que me sometía cuando me enseñaba a leer a los cuatro años (pero que de alguna manera fue mi primer logro en la vida), cuando aprendí a andar en bici, etc. sentía separación respecto de mis hermanas mayores a las que sentía/creía superiores en relación a mi, cuando el maestro me pego con el borrador en la cabeza cuando no pude resolver una división en el pizarrón, ridiculizandome y humillándome. Cuando la maestra en primer año me ponía una figura de burro en mi cuaderno porque no le gustaba mi trabajo y no de abejita como yo deseaba. Todo ello me fue formando capas y capas de vergüenza.

y aquella vez en que fuí consciente cuando todas las noches le decía a mi Mamá/Papá si podía dormirme con ellos porque me daba miedo en las noches, y ella nunca quería y mi papá si, y entonces en medio de la noche sentí una mano en mi pubis, que me paralizó, deteniendo mi respiro, casi hasta la asfixia y me hizo sentir asco y vergüenza, nunca quise darme cuenta quién de los dos había sido  mi mamá o mi papá? lo más probable es que haya sido mi papá pero por alguna extraña razón siempre creí que había sido mi mamá. Desarrolle un síntoma de asco en el estomago cada vez que alguien mostraba afecto o interés por mi, una sensación de nauseas, que solo yo sabía porque nunca se lo dije a nadie. Desarrolle una sintomatología de mucho stress cuando tenía que estar sobre todo a la mesa con muchas personas incluyendo a mi familia cuando crecí, cuando tenía que hablar en público, cuando tenía que expresar una idea, simplemente enrojecía hasta el paroxismo, lo cual me causaba todavía más vergüenza y angustia. 

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir haber desarrollado dentro de mi la personalidad/demonio de la vergüenza.

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir crear sentimientos dentro de mi de vergüenza como el pilar básico de mi personalidad  durante bastante tiempo y que me paralizaba cuando tenía que mostrarme a los demás de un modo u otro sobre todo hablar o expresar una idea.

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir desarrollar miedo dentro de mi que se manifestaba como vergüenza.

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir temer a  mi entorno que percibía como altamente agresivo aun cuando no hubiera golpes, sino que era una agresión psicológica.

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir desarrollar pensamientos, emociones y sentimientos de miedo-stress-inseguridad-vergüenza dentro de mi y que se expresaba en mi cuerpo físico como sudor de manos, taquicardia y rubor en la cara. Así como asco/nauseas cuando alguien mostraba afecto o interés por mi, cuando era niña. 

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir crear sentimientos de polaridad dentro de mi al ubicarme como inferior en comparación con mis hermanas.

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir quedarme fija en un estado de inferioridad/vergüenza por muchos años en mi vida afianzando el pilar que sostenía mi personalidad/ego y como ese stress se liberó más adelante en mi vida al consumir drogas/alcohol o ser adicta a las experiencias incluso de sexo.

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir refugiarme dentro de mi por percibir un entorno agresivo fuera de mi y mantenerme tímida y oculta dentro de mi para que nadie se fijara en mi y no ser descubierta por mi vergüenza y no ubicarme dentro de mi como una e igual a la vida.

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir suprimirme dentro de mi misma a causa del control que mi mente ya ejercía dentro de mi desde muy pequeña, aniquilando/suprimiendo mi respiro y en su lugar que apareciera el rubor en mi rostro. 

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir tenerle miedo a la gente, y temer ser agredida psicologicamente por la gente a la que percibía como malévola  o superior a mi y yo como inferior.   

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir crear mi personalidad y un punto de mi ego basado en la vergüenza.

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir sentirme amenazada y crear energía masiva dentro de mi basada en la experiencia del  miedo y su consecuente vergüenza. 

Me perdono a mi misma por permitirme y aceptar crear una cadena de sentimientos, emociones y pensamientos en torno de la vergüenza y del miedo.

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir suprimir mi sustancia de vida para posicionar a mi mente en control de mi misma creando personalidades en torno a la vergüenza y del miedo frente a las personas que percibía amenazantes/superiores y cuyas simples miradas me intimidaban mandándome a mi misma al rincón de la vergüenza dentro de mi misma. 

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir mantenerme en un lado de la polaridad sin control y dirección de mi misma y no como yo como la sustancia de vida Aquí y ahora con cada respiro.

Me comprometo a mi misma a pararme dentro de mi  misma momento a momento con cada respiro.

Me comprometo a mi misma a no estar ubicada dentro de la polaridad alimentando mi sistema de conciencia mental en base a la vergüenza, el miedo, la inseguridad y la inferioridad porque yo no soy nada de eso, es mi personalidad/ego/mente en separación de  mi misma haciéndome percibir lo que no existe como sustancia de vida, solo soy el Aquí en cada respiro momento a momento.

Me comprometo a mi misma a pararme por la vida en cada respiro sin emociones, sentimientos y pensamientos dentro de la personalidad/ego sino simplemente como sustancia de vida Aquí. 




 .



1 comentario:

Anónimo dijo...
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