jueves, 17 de mayo de 2012

Día 18 Sobre el Dinero (parte 2)

Exclusión en la familia
Recuerdo que hace muchos años en una navidad nos reunimos en casa de mi hermana mayor algunos integrantes de la familia, en esa ocasión yo regale cosas muy sencillas y "baratas" y aún así dado que eran muchos regalitos no fue fácil para mi en ese entonces el desembolso por cuestiones personales en aquella época. Al final de la fiesta uno de mis sobrinos se acerco a mi y me dijo " Usted no tiene dinero verdad tía?, o de otra manera usted es la más jodida de todos verdad?. Me sentí muy mal, disminuida, deprimida, fracasada, en comparación con mis hermanas, y me dieron ganas de llorar, pero no lo hice por supuesto, la depresión solo se manifestó como desguanze del cuerpo.

Ayer que escribía me acorde también que alguna vez una de mis hermanas me contó que habían planeado ir a celebrar el día de la madre a un restaurant y que una de ellas les sugirió a los demás  que a mi no me invitaran porque yo nunca tenía dinero.

Esto es solo una muestra de como también al interior de  una familia "diseñada/programada" también existen exclusiones y discriminación entre sus propios miembros, que según la tradición deberían ser amorosos, fraternos y ayudarse mutuamente. De como en la misma familia empieza la competencia por el dinero, el prestigio, y la superioridad que se establece entre unos y otros, y cómo algunos son más admirados, aceptados y respetados en comparación con aquellos que no han alcanzado el estatus económico aceptado socialmente siendo susceptibles y no han logrado sobresalir económicamente pueden ser rechazados, discriminados, apartados. 

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir crear energía a partir de los sentimientos de minusvalía, depresión, tristeza, complejo de inferioridad, etc. para alimentar al sistema de conciencia mental que mantiene en lo micro y en lo macro la idea de que las personas que tienen mejores condiciones económicas valen más, son más respetadas, admiradas, aceptadas socialmente, etc. que aquellas que no lo tienen perpetuando el sistema de clases tanto en lo micro como en lo macro y por lo tanto la desigualdad en el mundo.

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir sentir que no tenía valía dentro de mi familia y estar en competencia con mis hermanas por la falsa creencia de que ellas estaban mejor que yo en la vida por tener más dinero.

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir establecer rangos de superioridad e inferioridad entre los miembros de una familia  catalogándolos/definiendolos/juzgándolos como mejores/superiores/exitosos por tener dinero y como fracasados a aquellos que no lo tienen creando con ello polaridad en lo micro pero que se proyecta en lo macro de la misma manera entre los individuos que conforman cualquier tipo de comunidad.

Me perdono a mi misma por aceptar y permitir alimentar la idea de que existen individuos/seres humanos/ciudadanos/personas/vecinos/familiares, etc. cuya valía se mide por la cantidad de dinero/cosas/tarjetas de crédito/bienes/casas/carros/poder adquisitivo etc., frente aquellos que no lo tienen ya sea porque no les interesa, o ya sea por sus circunstancias personales, eso no importa.

Me comprometo a mi misma a no generar ningún tipo de pensamiento, sentimiento o emoción respecto al tener o no tener dinero o poder adquisitivo clasificando a los seres humanos y valorándolos no por lo que son sino por lo que tienen o no tienen. 




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Magnífico...te lo dice...edgard-731@hotmail.com...lo sufrí, lo sufro y lo sufriré...acá, en mi familia...

Maria dijo...

Gracias Edgar lo importante es perdonarse a si mismo por albergar cualquier sentimiento de victimismo y no reproducir la desigualdad y la separación en cualesquiera de sus formas dentro de nosotros mismos y con nadie